I.- Los Sentimientos naturales
1.- Dejamos establecido que lo carnal tiene dos aspectos: Uno es la comisión de pecados que no nos deja ninguna duda de su naturaleza. El otro, que aunque dejemos el pecado (¿) el YO gobierna. Esas obras aunque parezcan espirituales, son carnales. Ej. Rubén queriendo salvar a su hermano José y queriendo quedar bien con sus hermanos (es típico de la carne no querer arriesgar nada ni perder nada). El resultado fue fatal.
2.-- Las alegrías o tristezas del alma tan cambiantes y dependientes del "éxito nuestro. La confusión con lo del Espíritu, pero podemos analizar qué es lo que me tiene tan contento o qué es lo que me tiene tan triste: generalmente tiene que ver con nuestro YO. Si es así, lo dejamos de lado (corresponde al viejo hombre que fue crucificado) y no le damos importancia y la causa de tristeza o alegría deja de controlar nuestra vida.
Saúl se puso mal cuando cantaban las mujeres que Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles Él debió dejar de lado ese sentimiento pero ya había decidido ser carnal. Dios lo había desechado por no querer hacer la voluntad de Dios. Ver 1ª Sam.15:26).
3.- La mente natural (la carne): Efe.4:17-18 dice Esto, pues, digo y requiero en el Señor que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón Decimos:
La señal de la niñez es que no pueden comer alimento sólido. Dice Heb. 5:11-14: Debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales, que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño... y por lo tanto, viven a merced de los sentimientos del alma. Han mejorado porque ahora procuran no pecar, pero no se desembarazan del gobierno natural y aún así quieren servir a Dios.
5.- La gran batalla: El espíritu ha vuelto a tener vida y ha sido redimido ya; sólo debe crecer. El cuerpo, aunque beneficiado por la salvación, espera el día de la redención (1ª Cor. 15:51-54). La batalla ahora se libra en nuestra alma .
Hay otro nivel mucho más sofisticado que necesita tiempo y la obra de Dios que continúa. Vemos que más bien no son pecados del cuerpo, sino del alma. Sigue diciendo Col. 3:7-8: .en las cuales vosotros también anduvísteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca Dijo Jesús en Juan 8.31 a los que habían creído en él Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres
Pero la liberación del pecado, tiene una relación directa con el crecimiento. Para dejar de ser "niños debemos crecer y para ello necesitamos: Tiempo (permanecer en su palabra), Alimento adecuado (que es su palabra sin duda), Limpieza (se desprende del deseo de ser libres del pecado) y ser cuidados por los que nos ministran (Heb. 13:17, etc.)
2.- El pecado no domina ya, pero hay mezcla. Dejamos de ser dominados por el pecado, pero el YO gobierna por momentos y hace que seamos a veces naturales y a veces espirituales haciendo la obra de Dios. Normalmente no es en un 100%, pero hay mezcla de lo carnal y de lo espiritual, que es lo que sucede en la mayoría de nosotros. La prueba es que servimos a Dios pero hay celos, contiendas y disensiones (1ª Cor. 3:1-4).. amor propio, vanagloria. Pablo dice a los Corintios que son "niños en Cristo y en realidad, es que quedan vestigios de niños.
3.- La carne no mejora, debe morir: Aquí nos planteamos los dos aspectos: El primero es el pecado abierto, que sabemos que tiene que morir y nos hará bien saber también que fuimos colgados con Cristo en la cruz y esto debemos creerlo, ejercer fe sobre lo que dice la Escritura en Gál. 2:20 y muchos otros lugares. Debemos poner la misma fe que ponemos para creer que Cristo murió por nosotros. También nosotros morimos con Cristo.
El segundo aspecto más sofisticado y difícil de detectar cuando todavía somos "un poco niños son los sentimientos del alma tan hermosos como la familia, los amigos, los legítimos temores humanos, la indignación que nos produce la injusticia, etc. que también tienen que morir. Quiere decir, que no nos deben gobernar ni hacer tomar las decisiones, sino que las decisiones las tomamos conforme a lo que agrada al Señor que está por encima de todo.
Lo nuestro queda atrás. Esto será vivir para la gloria de Dios y podemos asegurar con la Palabra en la mano que todas las cosas serán añadidas sin ninguna duda, a los que buscan primero el reino de Dios y su justicia.
1.- Dejamos establecido que lo carnal tiene dos aspectos: Uno es la comisión de pecados que no nos deja ninguna duda de su naturaleza. El otro, que aunque dejemos el pecado (¿) el YO gobierna. Esas obras aunque parezcan espirituales, son carnales. Ej. Rubén queriendo salvar a su hermano José y queriendo quedar bien con sus hermanos (es típico de la carne no querer arriesgar nada ni perder nada). El resultado fue fatal.
2.-- Las alegrías o tristezas del alma tan cambiantes y dependientes del "éxito nuestro. La confusión con lo del Espíritu, pero podemos analizar qué es lo que me tiene tan contento o qué es lo que me tiene tan triste: generalmente tiene que ver con nuestro YO. Si es así, lo dejamos de lado (corresponde al viejo hombre que fue crucificado) y no le damos importancia y la causa de tristeza o alegría deja de controlar nuestra vida.
Saúl se puso mal cuando cantaban las mujeres que Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles Él debió dejar de lado ese sentimiento pero ya había decidido ser carnal. Dios lo había desechado por no querer hacer la voluntad de Dios. Ver 1ª Sam.15:26).
3.- La mente natural (la carne): Efe.4:17-18 dice Esto, pues, digo y requiero en el Señor que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón Decimos:
- Quiere decir que es posible que andemos de esta manera y nos pide que no lo hagamos.
- Esa mente está llena de pensamientos altivos. Dice 2ª Cor. 10:4-5 .porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo..
- Dice Rom. 8:7: por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la Ley de Dios, ni tampoco pueden...
- Aun una cosa tan preciosa como los lazos familiares o los amigos no pueden estar por encima de la voluntad de Dios impidiendo obedecerle. Este es el sentido de Mat. 10:37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí..
La señal de la niñez es que no pueden comer alimento sólido. Dice Heb. 5:11-14: Debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales, que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño... y por lo tanto, viven a merced de los sentimientos del alma. Han mejorado porque ahora procuran no pecar, pero no se desembarazan del gobierno natural y aún así quieren servir a Dios.
5.- La gran batalla: El espíritu ha vuelto a tener vida y ha sido redimido ya; sólo debe crecer. El cuerpo, aunque beneficiado por la salvación, espera el día de la redención (1ª Cor. 15:51-54). La batalla ahora se libra en nuestra alma .
II.- El Proceso
1.- La liberación del pecado: .- Nos cuesta mucho librarnos del pecado y de sus consecuencias. En un nivel se hace instantáneo por el poder de Dios. Generalmente tiene que ver más con pecados aberrantes y graves que destruyen incluso el cuerpo como la borrachera, etc. Col. 3:5 dice: Haced morir lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia,que es idolatría Es el nivel elemental.Hay otro nivel mucho más sofisticado que necesita tiempo y la obra de Dios que continúa. Vemos que más bien no son pecados del cuerpo, sino del alma. Sigue diciendo Col. 3:7-8: .en las cuales vosotros también anduvísteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca Dijo Jesús en Juan 8.31 a los que habían creído en él Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres
Pero la liberación del pecado, tiene una relación directa con el crecimiento. Para dejar de ser "niños debemos crecer y para ello necesitamos: Tiempo (permanecer en su palabra), Alimento adecuado (que es su palabra sin duda), Limpieza (se desprende del deseo de ser libres del pecado) y ser cuidados por los que nos ministran (Heb. 13:17, etc.)
2.- El pecado no domina ya, pero hay mezcla. Dejamos de ser dominados por el pecado, pero el YO gobierna por momentos y hace que seamos a veces naturales y a veces espirituales haciendo la obra de Dios. Normalmente no es en un 100%, pero hay mezcla de lo carnal y de lo espiritual, que es lo que sucede en la mayoría de nosotros. La prueba es que servimos a Dios pero hay celos, contiendas y disensiones (1ª Cor. 3:1-4).. amor propio, vanagloria. Pablo dice a los Corintios que son "niños en Cristo y en realidad, es que quedan vestigios de niños.
3.- La carne no mejora, debe morir: Aquí nos planteamos los dos aspectos: El primero es el pecado abierto, que sabemos que tiene que morir y nos hará bien saber también que fuimos colgados con Cristo en la cruz y esto debemos creerlo, ejercer fe sobre lo que dice la Escritura en Gál. 2:20 y muchos otros lugares. Debemos poner la misma fe que ponemos para creer que Cristo murió por nosotros. También nosotros morimos con Cristo.
El segundo aspecto más sofisticado y difícil de detectar cuando todavía somos "un poco niños son los sentimientos del alma tan hermosos como la familia, los amigos, los legítimos temores humanos, la indignación que nos produce la injusticia, etc. que también tienen que morir. Quiere decir, que no nos deben gobernar ni hacer tomar las decisiones, sino que las decisiones las tomamos conforme a lo que agrada al Señor que está por encima de todo.
Lo nuestro queda atrás. Esto será vivir para la gloria de Dios y podemos asegurar con la Palabra en la mano que todas las cosas serán añadidas sin ninguna duda, a los que buscan primero el reino de Dios y su justicia.