SOLO ESCRITURA,SOLO GRACIA,SOLA FE,SOLO CRISTO,SOLO A DIOS LA GLORIA.“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” Romanos 11:36

LA SUJECION DEL DISCIPULO



     Lo primero que tenemos que decir en este aspecto, es que discípulo es una relación de las tantas que tenemos con el Señor.
La primera relación es la de hijos, y que aunque queramos no podemos renunciar a ella.  Ser hijos de Dios no lo elegimos nosotros, porque dice la Biblia que Dios es el que nos eligió desde antes de la fundación del mundo.-
Somos hijos porque hemos creído, pero hemos creído porque Dios hizo que creyéramos, y este título o relación no nos lo puede arrebatar nadie.  Podremos ser hijos desgraciados, rebeldes, o podemos ser hijos respetuosos, pero
la categoría de hijos no la perdemos jamás.  Nada ni nadie nos puede apartar del amor de Jesús, porque El, segunda persona de la Trinidad, el padre primero, y el Espíritu Santo nos han adoptado como hijos.-
Las otras relaciones son elecciones relativamente nuestras, porque creemos en la doctrina bíblica de la predestinación.  Pero estas relaciones, a diferencia de la de hijo, podemos dejarlas. Por ejemplo, que podemos dejar de ser discípulos.
Otra relación es la de servidor o siervo, que también es optativa: puedo servir al Señor o dejar de hacerlo.  También hay una relación  más profunda que es la de amado o amante de Dios.-
(Los distintos estados de relación para con Dios se relatan con mayor detalle en el libro "Congregados para darle gloria -ver datos bibliográficos en el bosquejo de la lección 2)
Características del discípulo
1)  Deseo o anhelo de llegar a ser maestros: la característica del discípulo es que tiene que tener un maestro.  Así como la característica de hijo es la de tener un padre que lo haya engendrado.
Es verdad que el Señor Jesucristo dijo a sus discípulos: No llamaréis Padre a nadie en la tierra porque uno es vuestro Padre, Dios, y no llamaréis a nadie maestro en la tierra porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.  Sin embargo, tenemos otra verdad en las Sagradas Escrituras, cuando en sus epístolas, encontramos a los apóstoles Pablo, Pedro y sobre todo a Juan en una actitud paternal al llamar a los demás "hijos porque se consideran padres de ellos.
En Efesios 4 dice que el Señor mismo puso apóstoles, evangelistas, profetas, pastores y maestros.  Así que si puso maestros, por eso hay discípulos.  El padre ha tenido que ser hijo primero, y el maestro, discípulo.  Si el discípulo aprovecha las clases tiene que llegar a ser maestro, porque el discipulado consta de dos partes: la de aprender y la de discipular (el discípulo tiene que hacer otros discípulos, es decir se tiene que convertir en maestro para discipular a otros)
2) No ser ateo
No se puede ser ateo si somos discípulos y pretendemos discipular a otros.
En el Salmo 14 encontramos: dice el necio en su corazón "no hay Dios   La Escritura, al que dice que no hay Dios le da el nombre de necio, que equivale a estúpido.  Esto no es un insulto de parte de Dios, sino una realidad, ya que a continuación dice que se han corrompido, hacen obras abominables, no hay quien haga el bien.
Lo que interesa a Dios es que el discípulo crea en El.
Dice Hebreos "es necesario que el que se acerca a Dios -como tiene que acercarse un discípulo a su maestro- crea que le hay. CREA que existe.  Es el fundamento en el que tiene que apoyarse el discípulo, en no ser ateo.  Y si no es ateo, tiene que ser creyente.

3) Ser creyente: Hay tres clases de creyentes:
Creyentes A: Creen como los demonios.  Creen pero son hijos del diablo.  Lo encontramos en Juan 8:31 "Dijo entonces Jesús a los judíos que le habían creído: si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos   Aquí afirma una cosa que es fundamental: para ser discípulo verdadero, que es a lo que aspiramos, es necesario creer, y  esos judíos creían en El, pero después de la conversación que tiene el Señor con estos judíos, dice el v.44 estos que habían creído en El: vosotros sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de él.-
Cuando habla mentira de lo suyo habla, porque es mentiroso y padre de la mentira y yo porque digo la verdad, no me creéis.  Por lo tanto, esta clase de creyentes quisieron matar a Jesús.
También en Santiago 2: 19 vemos que los demonios creen, pero los demonios están condenados eternamente al lago de fuego y azufre donde el fuego nunca se apaga y el gusano nunca muere.  Condenados aunque creen.

Creyentes B: sin aquellos que tenemos en 1º Corintios 3: 15 que son salvos como por fuego.

Creyentes C: son los que creen en lo que dice Hebreos 4: 11 "Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los constructores, la cual ha venido a ser la piedra angular. Y en ningún otro hay salvación porque no hay otro nombre dado a los hombres, en que podamos ser salvos
¿Qué nombre? El nombre de Jesucristo.  No hay otro.  Este creyente es el más humilde. Cree que Jesús es el Salvador.
Este creyente de primer orden, hemos puesto en tercer lugar, quizás para enfatizar la humildad que debe tener el creyente.  El discípulo que tiene que ser creyente debe estar caracterizado por la mansedumbre y la humildad de Jesús.  El discípulo es aquel que aprende, y el Señor Jesucristo dijo "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas
4) Ser obedientes: Esta obediencia que debe tener el discípulo también la tenemos en tres partes:
I.- Obediente a Dios
La primera sujeción del discípulo es a Dios, lo demás viene después, porque aún el primer mandamiento del Antiguo Testamento afirmado por el Señor Jesucristo es primero amar a Dios con todas las fuerzas, con toda la mente, etc.
Estamos yendo hacia tener el corazón de Cristo.  Veamos en Hebreos 5: 8-10 "Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió obediencia, y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen, y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec
El Señor Jesucristo fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz, el perfecto Dios nuestro, tuvo que aprender perfección mediante la obediencia para ser vehículo promotor y fundamento de nuestra eterna salvación.  Hay una gran diferencia entre El y nosotros.  Avanzamos a ser como El pero sin embargo El siempre será Dios, digno de adoración y nosotros siempre seremos sus adoradores.
A pesar de que nuestra obediencia no es vicaria, sino que los méritos de nuestra obediencia son para nosotros, sin embargo, como anhelamos parecernos a Jesús, si El fue el autor de nuestra salvación, alguna bendición daremos a los demás.- No les daremos la salvación, porque el único que salva es Jesucristo, pero podemos ser vehículos de salvación cuando obedecemos como El obedeció.-

II.- Sujeto a las autoridades.
Romanos 13: 1-4 dice: "Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste, y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.  Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres. Pues, no temer la autoridad?  Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella, porque es servidor de Dios  para tu bien.  Pero si haces lo malo, teme, porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo

Hay que sujetarse, dice la Biblia, aunque no nos guste, porque los votos que obtuvieron estas autoridades no fueron por voluntad de la mayoría como aparece ente nuestros ojos, sino por designación de Dios.-

III.- Sujeto a los ministros
Cuando uno dice: "Yo me sujeto a Dios  y no tiene en cuenta los ministerios es que no va por el buen camino del discipulado que dice la Biblia.  El discípulo se sujeta al Maestro de arriba, pero el Maestro de arriba ha puesto maestros aquí abajo, y pastores, para que les estemos sujetos.  Sujetos quiere decir obedientes.
Hebreos 13: 17 dice "Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso
En varias ocasiones le dijeron a Moisés:  ¿acaso Dios solamente te habló a ti? ¿No nos habló a nosotros también?   Pero se olvidaron del detalle de que a Moisés lo había colocado Dios como líder y cuando en la iglesia del Señor se ordenan pastores y maestros, ancianos y apóstoles, es porque Dios los ha señalado.  Dios los ha puesto, y dice, es necesario que lo haga con alegría.
Discípulos: Si quieren llegar a ser maestros y pastores, tienen que desalojar de una vez y para siempre esas palabras siempre escondidas y ofensivas contra los que ejercen el ministerio.  Es verdad que algunos lo ejercen mal, pero ¿quién los ha puesto para juzgar?.  El único juez de vivos y de muertos es nuestro Señor.
Nosotros estamos para estar sujetos.  No tenga miedo si el pastor lo hace mal.  Si el maestro enseña mal, Dios que le ama a usted y que ama al maestro, pondrá la curación, pondrá la sanidad y pondrá las cosas en su lugar.
Hay pastores que dejan el ministerio porque ya no pueden soportar las críticas de la gente, pero esto no es provechoso para el discípulo.  Lo que quiere el Señor es que los pastores puedan pastorear con alegría, y la alegría de los pastores es que los discípulos estén sujetos.
Para que el discípulo pueda ser como su maestro: creer en Dios, obedecer a Dios, a las autoridades y obedecer a los maestros.-