SOLO ESCRITURA,SOLO GRACIA,SOLA FE,SOLO CRISTO,SOLO A DIOS LA GLORIA.“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” Romanos 11:36

El Libre Albedrío

Si las iglesias del siglo 21 votaran para opinar con respecto a la participación del hombre en su propia salvación, la inmensa mayoría establecería que toda persona tiene un "libre albedrío y que debe ejercer esta voluntad propia cuando se le ofrece el Evangelio. Pero para que vaya quedando un poco más clara la idea es necesario preguntar, "¿Qué es exactamente, de acuerdo con lo que la mayoría piensa, el libre albedrío?. Ellos piensan que la gente, antes de tener la salvación, tienen la capacidad, en ellos y por ellos mismos, de escoger que Cristo los salve o que no los salve. Piensan que las personas son capaces tanto de aceptar como de rechazar el Evangelio según su propia escogencia, y que están capacidados para realizar esta escogencia por naturaleza. Las personas perdidas, dicen ellos, tienen la capacidad de analizar, y luego decidir, si quieren o no quieren seguir el Evangelio de Cristo Jesús.¿Está la Biblia de acuerdo con aquellos que creen que todos los hombres tienen en sí mismos la capacidad para escoger por decisión y voluntad propia ser salvados o no? Este es el corazón de la pregunta. Muchos dirán que la Biblia no es clara, puesto que el debate con respecto a esto se ha manisfestado por 1.500 años. Sin embargo, la manifestación de controversias de ningún modo nos justifica para evitar un debate realmente profundo.
Todo hombre tiene libre albedrío. Esto debe quedar claro desde el principio. Los que piensan que negamos esto, no están bien enterados de lo que creemos (que algunos llaman "calvinismo). Por eso, desde el principio quiero establecer esta posición de que sin lugar a dudas los hombres son libres, y tienen voluntades libres. Los teístas del libre albedrío (aquellos que creen que Dios otorgó la potestad al hombre de determinar por sí mismo con respecto al bien y al mal) olvidan importantes doctrinas de las Escrituras, y las necesarias implicaciones lógicas que se desprenden de esas doctrinas Bíblicas. Estoy hablando de la doctrina del pecado y los efectos que el pecado tuvo en la raza humana. Génesis 6:5 establece, "Y vió Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.Este es un versículo muy explícito y muy importante. Somos pecadores y nuestro pecado cautiva nuestra mente completamente. Bien entendido, esto significa que tanto la mente, como las emociones y el espíritu de los hombres se vio afectado por causa de la caída de Adán. Entonces lo que llamamos "depravación total no significa que somos muy perversos o tan malos como podemos llegar a ser, lo que significa es que el pecado afectó todas las áreas del ser humano y todas sus facultades. La pregunta entonces surge, ¿Cómo es posible que tengamos la capacidad de escoger lo bueno, si somos inclinados al mal por naturaleza? ¿Cuántos de sus conocidos aceptan que usted les diga que ellos son pecadores dignos de condenación y que si no se arrepienten y creen en Jesús, irán a la perdición? Me imagino que no todos. La Biblia nos dice que la gente detesta esta verdad. ¿Cuántos en la calle desean que les hablen de Cristo? Lo común es que detesten el evangelio y que hasta persigan a los que prediquen la verdad.

Alguno podría decir, No entiendo!, ¿Por qué habría yo de detestar el Evangelio si son las Buenas Nuevas? Pero este es precisamente el punto que tratamos. El Evangelio, aunque son Buenas Nuevas de Salvación, es detestable para nosotros porque somos malos y estamos inclinados a lo malo. Tenemos voluntad, pero nuestra voluntad está cautiva y controlada por nuestros deseos. Por ejemplo: me siento para escribir este tratado porque decidí sentarme a trabajar en este artículo. Si no deseara escribir este artículo no lo estaría haciendo. Pero por ahora mi deseo de escribir este artículo es mayor que cualquier otro deseo y por eso lo estoy haciendo en este momento. Si mi deseo fuera almorzar, iría a almorzar de una vez, pero como ya almorcé, mi deseo no es almorzar, sino escribir. Este ejemplo puede parecer simple porque no estoy hablando de la salvación. Pero el punto es este mismo: mis deseos controlan mi voluntad. Mi albedrío o voluntad es un fruto de mis deseos y no la causa de ellos. Yo no hago las cosas y después las deseo, sino que primero deseo las cosas y luego las hago. Los deseos de mi corazón controlan lo que pienso y cómo me siento en un momento dado. Repito: Primero deseo alguna cosa, y después hago aquella cosa que deseo. Cuando alguien dice que una persona que no es salva, que tiene un corazón de piedra, y que por naturaleza se rebela contra Dios, es capaz de escoger por decisión propia algo que no desea hacer, entonces no entienden que esto no puede ser posible porque los deseos son los que controlan la voluntad y los deseos del hombre natural no son buenos espiritualmente hablando.

La única forma en que el "teísta de libre albedrío puede tener razón es si su corazón es totalmente neutral es decir que no está afectado ni por el bien ni por el mal. Pero esto es imposible. Nadie tiene un corazón neutral; ni el diablo, ni Dios, ni usted ni yo. Si el corazón es bueno, desea cosas buenas. Si el corazón es malo, desea cosas malas. La voluntad de nadie es neutral, y la Biblia nunca enseña que el hombre sea neutral. La Biblia enfáticamente enseña que los hombres tiene corazones malos, inclinados al mal. Y que los hombre se engañan a sí mismos porque sus corazones son engañosos (Génesis 6.5, Jeremías 17.9) Cristo dijo: "Del corazón proceden los malos pensamiento, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias(Mateo 15.19)
Así que cuando pensamos que el libre albedrío significa que podemos escoger entre el bien y el mal, no estamos hablando bíblicamente. Lo que significa el libre albedrío es que se tiene la capacidad de actuar conforme a los deseos de su propio corazón. Pero cuando uno no ha sido salvado, los deseos de su corazón son inclinados al mal, así que nunca escogería seguir a Cristo porque no lo desea y no puede, escogería siempre su propio camino. Dios tiene primero que cambiar su corazón (Ezequiel 36.26, Juan 3.3) antes de estar capacitado para creer. Porque cuando el Espíritu de Dios circuncida el corazón (Romanos 2.29), El entonces le da a esa persona la capacidad de creer cuando escucha el Evangelio. Y como la persona lo escucha con el nuevo corazón que ahora sí está capacitado para desear el bien, la persona cree, es salva, y cuando muera o cuando el Señor regrese entrará en la gloria eterna.Nunca tenemos un libre albedrío neutral. Siempre somos esclavos de algo. Antes de ser salvos, eramos esclavos del pecado. Después de ser salvados somos esclavos de Cristo, como lo dice Pablo en Romanos 1.1, "Pablo siervo de Jesucristo...(la palabra griega "siervo es "doulos que significa "esclavo. La Confesión de Fe Bautista de 1689 establece en su capítulo 9 y en el párrafo 3, "El hombre, por causa de su caída al estado de pecado, ha perdido por completo su habilidad de albedrío con respecto a cualquier bien espiritual que acompaña la salvación; por eso como hombre natural, siendo que está opuesto a ese bien, está muerto en pecado, no es capaz por su propia fuerza de convertirse a sí mismo, o de prepararse para convertirse. Entonces la Confesión está diciendo esto mismo. El hombre no regenerado no es capaz de decidir en cuanto a su bien espiritual. Si depende de la libre voluntad o libre albedrío del hombre, el hombre siempre escogería su propio camino y no a Dios.
También hay otro problema; con el teísta del libre albedrío, porque esta teología no es consistente. Si le preguntamos a alguien si cree que su libre albedrío le capacita para decidir en el campo espiritual antes de ser salvo. El contesta que sí. Luego le preguntamos si después de ser salvo él tiene libre albedrío para decidir en el campo espiritual, el contesta que sí, - con el fin de mantener la consistencia del libre albedrío - . Pero esto trae un problema y una pregunta si usted tenía libertad completa antes de ser salvo para escoger si quería seguir a Cristo o no, ¿qué pasa después de la salvación? ¿Puede usted libremente escoger abandonar a Cristo? ¿Puede usted utilizar su "libre albedrío para rechazar a Cristo, para claudicar? ¿Puede usted libremente rechazar la salvación que El le dio después de que usted ha sido convertido? ¿Se anula el poder de la cruz de Cristo por su "libre albedrío? Para ser consecuente con esta teología del "libre albedrío en cuanto a lo espiritual, habría que responder que "Sí (Si la persona puede ver el error en el que está cayendo, todo lo que necesitamos es mostrarle la inconsistencia que hay en creer en el "libre albedrío en cuanto a lo espiritual, ya sea antes de ser salvo o después de ser salvo.)

Hasta aquí hemos considerado la cuestión de libre albedrío antes de ser salvo y después de ser salvo, pero podemos ir más allá y preguntar, ¿tendrá libre albedrío usted cuando esté en el Cielo? Si se procura mantener la consistencia, el defensor del libre albedrío dirá que sí. Y entonces ¿quiere decir que alguien en el Cielo podría escoger salir de él? Esto se pone difícil, ¿verdad?. Esto hace que veamos más claramente el problema. ¿Cuándo quita Dios el libre albedrío? ... porque El debe hacerlo en algún momento. Si creemos que se puede encontrar seguridad en la salvación, la idea de "libre albedrío en la salvación tiene que empezar a quitarse de nuestras mentes. Filipenses 1.6 "El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfecionará hasta el día de Jesucristo, no podría ser verdadero. Tendríamos que re-escribirlo y ponerlo así: "Vosotros que empezasteis por vuestra propia y libre voluntad, (ejerciendo vuestro libre albedrío) esta buena obra al creer en Cristo, espero que continuéis ejerciendo vuestra voluntad para que no vaya ser que caigais finalmente y seais condenados Esto no muestra mucho la seguridad y quita valor a la obra consumada de Cristo. O si no, qué pensaríamos de las palabras de Jesús en Juan 10.28, "Y yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Si se quiere ser consecuente con el tema de "libre albedrío en la salvación,entonces, se podría decir que aunque estamos en las manos de Cristo y nadie nos puede arrebatar, yo por mi propia voluntad puedo caer de la gracia. Palabras como las de Cristo en el versículo citado son seguras para los creyentes porque muestran el poder de Cristo, y el poder de Su mano salvadora, no de nuestro propio "libre albedrío. La idea de libre albedrío es completamente ajena al texto. Tendríamos que quitar muchos textos para poder sostener que nuestro libre albedrío es el que decide o el que nos sostiene en cuanto a la salvación. Aunque muchos dicen que el pecador decide si quiere salvarse o no, pero luego no hay forma de decidir lo contrario, es claro que ese argumento se construye sobre un argumento falso.

Siempre hay objeciones. La gente dice, "pero yo siento que soy libre. Lo que sentimos no es garantía de la verdad. Algunos creen que la oferta del Evangelio no es válida si las personas no son libres para escoger. Pero esta no es una aseveración lógica. Dios nunca cambia Sus mandamientos para que se ajusten a nuestras necesidades. Su requerimiento siempre ha sido "Sed Santos como Yo Jehová soy Santo.(Levítico 19.2). Aunque Dios sabe que nosotros no tenemos la capacidad en nuestra naturaleza caída de ser santos, aún así, El nos manda a ser como El en su santidad. El hecho de que la gente no tenga la capacidad de creer en el Evangelio por su "libre albedrío no hace inválida la oferta de Dios, aquellos a los que El por su misericordiosa intervención regenera, estos creerán en el Evangelio.
Algunos que lean este tratado pensarán: "ese hombre está loco No le creo. Pero esto probaría lo que hemos dicho. El hombre no cree lo que la Biblia dice porque desea creer a su propia manera o desea seguir creyendo lo que le enseñaron y así su "libre albedrío se muestra cautivo de su deseo de tener la razón a pesar de ver que la Biblia enseña esta verdad.
Es cierto, yo creo que todos tenemos capacidad de decidir pero estas decisiones siempre corresponderán a los deseos de nuestro corazón. Y en el campo espiritual nuestros deseos no son conforme a Dios, por esto Dios realiza el milagro de la regeneración en nuestro corazón para que podamos reconocer nuestra situación real y venir a Cristo. Si el corazón no es regenerado, el libre albedrío le permite decidir en muchas situaciones pero en el campo espiritual siempre escogerá rechazar el Evangelio. Si el hombre es regenerado y por lo tanto salvado, tiene ahora la capacidad de escoger entre el bien y el mal, es libre del yugo del pecado y lucha constantemente por someter su voluntad a la de Cristo, pero no tiene libre albedrío al grado de poder decidir "dejar de ser salvo. Después de la glorificación de nuestros cuerpos, no podremos escoger entre el bien y el mal, seremos liberados por completo de la naturaleza pecaminosa que es la causa de que los hombres en necedad se aferren a la idea de que todos los hombres tienen la libertad completa de decidir entre lo bueno y lo malo como la que tuvo el primer hombre. Adán es el único hombre que tuvo el completo "libre albedrío y con este libre albedrío lo que hizo fue desobedecer a Dios, su descendencia nacida bajo pecado, no goza de aquel libre albedrío de Adán, sino que su libre albedrío se ha convertido en una voluntad sujeta a los deseos de su corazón.
Lo que la Biblia enseña
1. Adán creado sin pecado, con libre albedrío, escoge desobedecer.
2. La descendencia de Adán nace bajo pecado, su libre albedrio es cautivo del pecado, inclinado siempre al mal.
3. Dios regenera a los escogidos y por este milagro son capacitados para creer el Evangelio, y su voluntad es sujeta a Cristo, el creyente lucha contra el mal y desea cumplir la voluntad de Dios.
4. Los salvados cuando sean glorificados son libres por completo del pecado y su deseos y acciones serán agradables a Dios para siempre.
"El hombre no posee la libertad completa que pretende tener, o es esclavo del pecado o es siervo de Cristo

Por . C. Matthew McMahon
(Traducido y adaptado por Alexander León)