SOLO ESCRITURA,SOLO GRACIA,SOLA FE,SOLO CRISTO,SOLO A DIOS LA GLORIA.“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” Romanos 11:36

La obra misionera

1) Ser misionero, ¿una elección personal o una elección de Dios?. La naturaleza del llamamiento que Dios nos ha hecho nos hace misioneros con jurisdicción "hasta lo último de la tierra". 1º) El Señor vino del cielo a la tierra para traernos el Evangelio que implicaba su propia entrega por nosotros. 2º) Ni siquiera instaló su oficina en Nazareth ni tampoco en el templo en Jerusalén, sino que anduvo permanentemente de un sitio a otro.
Se puede desconocer el llamado, pero es lo mismo que el ser discípulo. Lo soy por llamado del Señor aunque no me preste a ello.
2) Los que salen y los que se quedan. Todos somos misioneros, pero no todos tienen que salir. Hay un Señor que gobierna la obra y dirige a sus siervos y a unos les dice aquí y a los otros allí. A los que les dice aquí, tendrán que quedarse, pero tienen el mismo llamado que los que salen. No se quedan porque "quieren", sino porque así lo manda el Señor
3) Las funciones de los que quedan: Son básicamente las mismas. Por una parte tienen que evangelizar y bendecir su "Jerusalén". Por la otra, tienen que participar de la obra misionera desde donde están. Es enorme la tarea que tienen que desempeñar y según David la misma parte que tienen los que van al frente de la batalla la tendrán los que quedan con el bagaje (Ver 1º Sam. 30:21-25). Atención, los que quedan, que sea por la expresa voluntad de Dios, no por resistir a la voluntad de Dios.
Tanto los que quedan esperando su salida como los que quedan por la voluntad de Dios, tienen el sagrado deber de cuidar a los que han salido, velar por ellos en oración, velar por sus necesidades personales y de la obra, como también contribuir a la extensión de la obra misionera.
Nuestro desafío actual: Lo que necesita Gustavo en Bolivia para su radicación, más de 1.000 dls. ¿Quién se lo va a dar?. Cuba nos está esperando, Ecuador, El Salvador, todo Centroamérica, Perú. La dificultad que tienen para ayudar con los gastos: el dólar cuesta mucho y la mayoría del pueblo de Dios es muy pobre. Algunos países ricos tienden a ser avaros. América Latina ha recibido mucho pero no les enseñaron a dar ¿Qué hacemos? ¿Dejamos su apertura para la próxima generación?. Es tarea nuestra.
4) La profecía: El valor de la palabra profética. La necesidad de atenderla y "guardarla" en el corazón. De no salir corriendo. De no rechazarla. De ser "ejercitado" con lo que el Señor nos ha dicho. Debemos buscar su confirmación, pero que no sea una excusa para no hacerla. Abraham no pidió confirmación por lo de su hijo, porque sabía que era palabra de Dios (Gen. 22:1-3). Gedeón necesitó confirmación (Jue. 6:36-40). Cuando no hay una palabra profética ni una convicción clara, debemos buscarla, porque así serviremos al Señor de una manera mucho más eficaz. Vendrá el enemigo pero estaremos fundados en la Palabra que Dios nos ha dado.
5) Llamados frustrados: Recordamos la parábola del Señor sobre los hijos que son invitados a trabajar en la viña. Uno fue, pero el otro no (Mat. 21:28-31). Es posible resistir la voluntad de Dios y no obedecer. Jamás nos arrepentiremos de obedecer. Caso hermano prominente que no quiso dejar su empresa ¡Qué pena! ¿Qué hubiera pasado con Abraham y con Moisés si no salían? ¿Alguien se acordaría de ellos?.
6) La Preparación: Es muy difícil que pueda alguien salir si no participa eficazmente en donde están sosteniendo a los que han salido antes que él. No hay escusas. Creo que será bueno tener profesiones y oficios que manejemos con idoneidad (por qué hemos de ser los más ineficaces en lo natural?).
Es difícil persistir en la preparación. La gran mayoría no se prepara adecuadamente pareciéndose a las cinco vírgenes fatuas se dan cuenta cuando ya es demasiado tarde.

  • La preparación tiene que ver con lo que podremos soportar en el frente de batalla.

  • Tiene que ver con la profundidad en que puedo cumplir la voluntad de Dios. Hay quienes llevan fruto y otros mucho fruto.

  • Es verdad que siempre habrá lugar a mayor preparación, pero en la trinchera no se puede consultar el "manual".

  • No se puede salir sin conocer a Dios genuinamente. Por una parte, la Palabra. Por la otra, la Presencia. Es la causa de los mayores fracasos. .

  • 7) El momento de salir: Tan delicado como el llamado. Si necesitamos la palabra del Señor para saber adónde vamos, también necesitamos la dirección del Señor de cómo y cuándo salir. Los que dejé atrás y le cubren (una relación a cuidar siempre). La comunicación. La relación con otros consiervos en el campo, sean de la propia organización o de otras.
    8) El relevo: Es un asunto de honor carnal o humano, que tenemos que traer los "prisioneros" y los trofeos delante de la iglesia, como los generales en la antigua Roma. NO. Los éxitos en Dios no siempre son visibles a los hombres ni son festejados por los hombres. Sería larga la lista de los siervos que no fueron aplaudidos pero que tendrán una amplia entrada en los cielos. Pensemos en Jeremías. Pero nosotros tenemos el deber de cubrirles y sanar sus heridas.
    Pero puede ser que nos sintamos derrotados, que no hemos dado cumplido "expectativas". Es tiempo de humillarnos, no de justificarnos ni explicar. Es una carnalidad pretender aparecer como un héroe o como los que hemos tenido grandes triunfos. Nuestra vida está rendida al Señor y es a él a quien agradamos. Si sentimos o pensamos que no lo hemos hecho bien o tan bien, es hora de humillarnos delante del Señor y pedirle una nueva unción para lo que nos queda del trabajo. No debemos obstinarnos. Nosotros no somos el Señor. Si sentimos que lo hemos hecho muy bien, olvidémonos pronto porque ya el Señor lo tiene en cuenta.
    En poco tiempo Dios puede hacer lo que no hemos hecho en toda la vida. Sigue escrito que el que se humilla, será ensalzado. No temamos humillarnos ni tampoco procurar vivir humillados, porque la gloria la va a llevar al Señor y nosotros no hemos de caber de gozo.
    9) Nuestro compromiso con la obra misionera: En todo el curso de "Discipulado" hemos querido hacerlo eminentemente práctico porque eso es un "Discipulado".. Dios le dijo a Moisés que qué tenía en su mano. Era una vara. Eso Dios usó y no lo que tendría más adelante ni tampoco lo que soñaba con tener (Exo. 4:2-5)
    Tenemos la convicción que Dios nos ha llamado: a los unos a estarnos en casa haciendo la obra, a los otros saliendo a lugares, pero en tanto estamos en casa queremos tomar un fuerte compromiso con la obra misionera que se concretará de distinta maneras:
    a.- Tomando un compromiso de oración por determinados lugares.
    b.- Comprometiéndonos a relacionarnos con la obra y los obreros de determinados lugares.
    c.- Esforzándonos en visitarles personalmente y velar por ellos.
    d.- Tomando el compromiso de contribuir con el Fondo Misionero que posibilitará que atendamos en primer lugar los viajes internacionales y en segundo lugar, la obra nacional.
    A tal fin, hemos confeccionado un detalle de las obras que Dios nos ha dado en Europa, América del Norte y Central, países de América del Sur, países limítrofes y ciudades en nuestro país, a fin de que nos decidamos a dar los primeros pasos y podamos sentirnos fuertemente comprometidos con la obra del Señor en la tierra hasta donde Dios nos ha permitido llegar. Y más allá también conforme a lo que nos permita en el futuro.