Dios cambia el corazón de piedra por un corazón de carne El corazón parece ser el símbolo receptáculo de lo que es más esencial en cada ser: en él está encerrada nuestra herencia que viene de Adam, transmitida de padres a hijos, el Dios escondido en el hombre, el recuerdo de la Unidad Primordial, la raíz de la que brotará la regeneración del hombre.
A causa de la caída original, este corazón se ha vuelto de piedra. El corazón del hombre es como una piedra que sella la entrada del tesoro de Dios;
"Disuelto en el agua de la gracia y en el fuego del amor, manifiesta la luz santa donde todos se mueven y donde algunos reposan" "...Y os daré un corazón nuevo y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne" (Ezequiel 36-26).
El don divino, llamado Gracia , es lo que inicia el proceso de regeneración y que libera la luz santa encerrada en el corazón. Pedro se refiere a esta experiencia en (2 Pedro1-19): "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones"
Por la operación del agua de la gracia y del fuego del amor, el corazón se purifica progresivamente hasta que luzca la luz del día; por eso canta el Salmista : "Crea en mi ¡Oh Dios! un corazón puro y renueva dentro de mí un espíritu recto (Salmos 5I-10). Por la misma razón decía Jesús (Mateo V-8): "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios".
Así pues el corazón puro es una consecuencia de la acción del don divino en el hombre.
Una vez abierto y limpio que arrastró consigo en la caída, el corazón es capaz de germinar bajo el influjo divino y dar el fruto de inmortalidad, convirtiéndose en el símbolo del Ser Vivo por excelencia así como de la fuente de la que mana la vida sobre la Tierra.
Una vez que Dios transformó el corazón y puso un corazón de carne en el lugar del corazón de piedra, el creyente cambia su actuar, su pensar, su decir, su sentir, su hablar, y lo que yo misma diria asi "Si Dios no hubiera cambiado mi corazón de piedra, por uno de carne, hoy seria igual que ayer, y mi vida no habría cambiado en nada.Hoy pensaría como pensaba ayer, sentiría como ayer y actuaria como ayer.
Que fácíl es reconocer al creyente cuando su corazón es de carne. Ama, siente, piensa y actua con amor; sus palabras, sus hechos, son totalmente nuevos,sabe perdonar y esperar, porque Dios pone ese amor y esa paciencia que El mismo tiene, y que lo funde en el corazón de su hijo.
Si yo fuera como ayer ¿cómo actuaria frente a una injusticia? tal vez reaccionaría contra mi prójimo violentamente, con palabras duras y crueles, con rencor con rabia,con amargura, o me encerraría en mi triste situación, hasta perder la batalla.
Ahora amo, perdono, callo, espero,doy.
Oremos: Gracias Dios mio porque me diste un corazón de carne para reflejar en el, Tu Amor.